viernes, 13 de mayo de 2011

Yo voy soñando caminos

Si lo medito más, me quedo sin ganas de volar, sin ganas de seguir soñando… uno crece y sólo desmorona sus utopías. Si el mundo dependiera de mí, no nos regiríamos por leyes de la física, mucho menos por un gobierno que nos haga sentir impotentes, es más, no seríamos seres compuestos de carbono. La diferencia sería que uno podría elegir qué es lo que quiere ser, que uno podría definir por fin lo que es “vida” y más importante aún, qué es la felicidad.
Sólo sueño en que un buen día de estos, todos pasemos a ser parte de un estado de conciencia colectiva, de dejar atrás nuestras ataduras biológicas (y no forzosamente el placer que eso produce); que un día de calor, si tú así lo decides, te puedas evaporar para luego llovernos.
Creo yo que el tema más delicado sería el sentimental, no sé si podríamos desligarnos alguna vez de eso en mi mundo, porque de hecho los sentimientos tienen más que ver con el mundo que me estoy planteando. Únicamente pediría que el amor ya no fuera tan complicado y que tampoco hubiera diferentes posiciones emocionales cuando se trata de un amor de dos.
Con lo que definitivamente acabaría sería con esa ridícula idea de regirnos por el dinero, por los intereses personales y la burocracia.
También a veces me pregunto qué se sentirá nacer con las mismas oportunidades que todos los demás, sin imposiciones, críticas, desventajas e intransigencia. Cuando todo eso llegue algún día por favor despiértame, sino déjame seguir soñando.