lunes, 30 de enero de 2012

Sensación de miedo

A nadie se le puede echar la culpa de los errores que uno comete, incluso si los haces en compañía y ayuda de alguien.  El problema está cuando te tienes que enfrentar a que metiste la pata, que ya no hay marcha atrás y que no te queda de otra que vivir con lo que hiciste. Pero la sensación de ir al médico y que te digan lo peor... eso da una sensación de miedo ante la incertidumbre de no tener idea de si será curable, o todavía peor, de si conviene llevar un tratamiento lento y doloroso.
El verdadero problema no es el dolor físico que todo te pueda causar, más bien que al ser una persona dependiente económicamente de alguien, pesa mucho tener que dar malas noticias que comprometa a las personas que te quieren a hacer un esfuerzo por sacar adelante el gasto de tiempo y dinero que cuesta tener a alguien enfermo.
Así que me siento entre la espada y la pared, por un lado no me gustaría que la vida se acabara tan rápido, por otro lado preferiría morir silenciosamente antes de llevarme a todos mis seres queridos conmigo. Hoy dormiré con una sensación de miedo.

martes, 17 de enero de 2012

2 finales

Viviste seis meses con ella, era obvio que te iba a seguir buscando después de todo, además no podías negar que todo ese tiempo se la pasaban a todo dar... ok, ok voy a ir pero que conste que tenía la intención de lavar ropa interior hoy.
Acababa de recibir una llamada de mi excompañera de casa y me decía que su novio estaba en la ciudad y tenían ganas de hacer una reunioncita en su casa, aprovechando que no estaban sus papás (¡Ah, claro! porque la pobre después de haber vivido todo un año en total independencia, en una de las ciudad más grandes del mundo, tuvo que volver a casa de sus papás acabando su beca... yo había corrido con mejor suerte). Y yo como siempre, estaba buscando un buen pretexto para no ir, pero mi diablito pudo más que yo.
Quedamos de vernos en la farmacia cercana a su casa porque yo nunca la había ido a visitar después de que dejamos de vivir juntas, por lo tanto no conocía por dónde era su casa. Debiste haber comprado algo para no llegar con las manos vacías. Por ahorrarme unos pesos tomé el camión y me perdí casi treinta minutos, no tenía ni idea de a dónde había ido a parar, así que volví de la misma manera que llegué ahí. Ya tenían rato esperándome.
Qué suerte tiene ella de que su novio sí la venga a ver constantemente, ¿no lo crees? -¡Qué onda!¿cómo están?¿cuándo llegaste?... sí, está bien, vamos al súper. Menos mal iremos al súper, así ya les compras algo, después de todo no te librarás de tomar alcohol y mucho menos de que pagues lo que tomes. Yo con ese tamaño estoy bien, es bastante cerveza para mí, y ya encontré la botanita, ¿quiénes más van a estar?
Llegamos a su casa y empezamos a beber lo que acabábamos de comprar, probamos esas horribles "palomitas con chamoy incluido" y tuve que tomar más para que se me quitara el mal sabor de boca. Como bien lo había dicho, era más que suficiente cerveza para emborracharme, pronto ya estaba muy sonriente. Llegó la primer pareja de invitados, dos escritores: una chica poco agraciada pero con muchos pechos y una chico moreno muy atractivo... increíble que ella sea así de fea y ande con este hombre...(algo bueno ha de tener). Tuvimos que ir a comprar más alcohol porque habíamos acabado nosotros 3 con todo lo que estaba destinado para los demás, y mientras en el carro preguntaba a mi amiga cómo era que ellos dos andaban.
Al volver ya habían llegado otras dos personas más y con ellos se cumplía con toda la lista de invitados, las dos recién llegados eran: un chico fresa pero agradable y una chica cohibida pero muy brillante, ellos dos no eran pareja. Mi amiga llamó a otro amigo de ella para que pudiéramos completar jugadores para el juego de mesa que habíamos escogido, él llegó pronto... lo reconocí enseguida, él había estudiado un semestre de la universidad conmigo pero desertó rápido.
El juego y la cerveza pasaron rápido y los dos últimos que habían llegado se retiraron temprano. Quedamos 3 parejas... el juego ya se había vuelto tedioso porque nunca podíamos contra la ignorancia, así que pasamos a escuchar música y luego bailar en el patio. Perdimos de vista a los dos escritores mientras cada quien bailaba con su pareja (a mi me tocó con el amigo de mi amiga, que resultó ser gay)... ¡qué suerte te cargas, por fin te presentan a alguien y resulta ser gay!,mientras mis amigos se mostraban demasiado afecto a la hora de bailar, cuando me sentí demasiado incómoda les hice notar que el par de escritores habían desaparecido de la escena, fuimos en su búsqueda. Ahora que lo pienso, hubiera preferido no ir de chismosa.
Los encontramos en el cuarto de los papás de mi amiga, totalmente desnudos cubiertos sólo de la cintura para abajo, con una sábana que no dejaba mucho a la imaginación. En ese momento sólo me interesaba ver el cuerpo del guapo pero la cerveza había causado estragos en todos y mi amiga propuso unirnos a su cópula, y en menos de lo que canta el gallo ya estaba mostrando piel.
Su novio, mi amigo, no opuso resistencia... los únicos sensatos (o eso creo yo) éramos el gay y yo. Mi amigo no había terminado de quitarse la ropa cuando se acercó para convencerme de quitarme todo, definitivamente no lo iba a hacer. El terminó por arrancarse la ropa de un solo jalón esperando que lo imitara.

Final 1
No me atreví a oponerme a los deseos de todos borrachos pero lo hice a  mi manera, me quedé en ropa interior participando de los bailes y manoseos colectivos con la esperanza de que me tocara un poco del escritor guapo. Cuando la cosa se puso más intensa y yo ya veía el límite de mis acciones, empezó a llover... haciendo que fuera imposible irme a buscar un taxi para irme a casa. Tuve que esperar a que alguien quisiera irse para que me dieran un aventón a la avenida... y como al chico gay no lo habían dejado participar de la orgía, él fue el que me propuso que nos fuéramos. Pareces no tener suerte con los hombres.


Final 2
No me atreví a oponerme a los deseos de todos borrachos pero lo hice a  mi manera, me quedé en ropa interior participando de los bailes y manoseos colectivos con la esperanza de que me tocara un poco del escritor guapo, y de hecho así fue, desde el instante en que se me acercó yo sabía que ya había perdido los estribos de mi conducta. Me bailó lo suficientemente cerca como para saber el tamaño de su virilidad. Dejó de lado a su novia-escritora, dedicó mucho tiempo a convencerme quitármelo todo y lo logró cuando en el sillón pasó su lengua por mis ingles. Yo ya no quise participar de la orgía, simplemente abusé del sillón de casa de mi amiga en diversas ocasiones de la noche, mientras su novia-escritora se unía a los otros 4 intentando darle celos, cosa que no logró puesto que puse todo mi empeño en que nunca tuviera el morbo de voltear a buscarla. ¡Qué noche!... ojalá me haya lucido lo suficiente como para que recuerde la cita de hoy.